Nuestro intercambio juvenil en Kosky fue más que un simple programa: fue una experiencia transformadora de aprendizaje, amistad y diversidad. Durante cinco días, 42 jóvenes de distintos países convivimos, compartimos nuestras culturas y creamos lazos que trascendieron fronteras.
Día 1: rompiendo el hielo
Desde el primer momento, Marek y Žaneta, nuestros facilitadores, nos guiaron para formar un grupo unido. Juegos como el "bingo humano" nos ayudaron a conocernos mientras explorábamos nuestras similitudes y diferencias. Por la tarde, una visita al pintoresco pueblo de Třeboň y las dinámicas de “citas rápidas” nos dieron la oportunidad de conectar con casi todos en tiempo récord. La jornada terminó con presentaciones culturales de Estonia y la República Checa, donde degustamos platillos tradicionales y aprendimos sobre sus tradiciones.
Día 2: reflexiones y cohesión
La cohesión grupal fue el foco del segundo día. Desde dinámicas sin palabras hasta la profunda experiencia de la Biblioteca Humana, exploramos la comunicación y la empatía de maneras nuevas. Escuchar las historias de vida de personas de distintos países nos dejó lecciones inolvidables sobre resiliencia y diversidad. Por la noche, Italia y España nos deleitaron con sus comidas, bailes y tradiciones, sumergiéndonos en una auténtica fiesta cultural.
Día 3: explorando Český Krumlov
El tercer día nos llevó al encantador pueblo de Český Krumlov, una joya medieval y Patrimonio de la Humanidad. Allí, una búsqueda del tesoro nos desafiaba a descubrir rincones escondidos y trabajar en equipo. Fue una combinación perfecta de turismo, diversión y aprendizaje.
Día 4: creatividad en acción
La mañana comenzó con juegos que mezclaban risas y agilidad, como "Estoy buscando a alguien que...". Después, talleres grupales nos desafiaron a crear actividades inclusivas, fomentando la reflexión sobre la importancia de la accesibilidad. Por la noche, Portugal se lució con su sangría, postres y una presentación que nos sumergió en su rica cultura.
Día 5: adiós con gratitud
El último día fue un balance de reflexión y celebración. Debates inspirados en el juego Debatable nos empujaron a respetar perspectivas diferentes, mientras un torneo de ping-pong internacional trajo risas y camaradería. La entrega de los Youthpasses, realizada con un emotivo intercambio de palabras entre amigos secretos, fue el cierre perfecto para esta experiencia transformadora.
Kosky nos regaló amistades, nuevas perspectivas y un aprendizaje invaluable sobre la diversidad y la cooperación internacional. ¡Gracias a todos!
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